(235 palabras) "Un hombre es como una novela: no sabes cómo terminar hasta la última página", señala uno de los personajes de la novela "Nosotros" de E. Zamyatin. De hecho, el hombre es el libro más fascinante y completo, que contiene todos los secretos del ser. Quizás, por lo tanto, sintiendo una relación antigua e inexplicable con el libro, una persona lo busca como fuente de conocimiento, amigo, maestro, consolador y sabio.
Tarde o temprano, la búsqueda de uno mismo lleva a una persona a un libro en el que la voz de las generaciones le muestra el camino de la autodeterminación y la comprensión de los significados vitales simples. El libro es una rutina diaria creativamente repensada en la que hay un lugar para problemas de naturaleza cotidiana y sagrada. Todo depende de la pregunta que haga una persona al abrir un libro. Por lo tanto, como resultado de la lectura, aparecen nuevas posibilidades de cognición. La penetración en el patrimonio cultural, del cual el libro es una parte integral, se convierte para el hombre en una herramienta de desarrollo espiritual, una forma de familiarizarse con lo bello.
"Un buen libro es solo una conversación con una persona inteligente", dijo A. Tolstoy. Esta cita refleja la idea de transferir la experiencia centenaria de los mejores representantes de su tiempo al lector moderno, que solo necesita atención e interés genuino en el mundo comprendido por él.
Los libros son alimento para la imaginación, una realidad alternativa, cuya clave siempre está con el lector. Mientras más significados abre, más diversas se vuelven sus preguntas, más fuerte es su necesidad de nuevos descubrimientos. El proceso de cognición es interminable, pero como resultado de dicha búsqueda, el gusto del lector se fortalece, se forma una elección moral y se forma una experiencia estética, lo que significa que se crea un individuo creativo pensante, capaz no solo de comprender el mundo que lo rodea, sino también de transformarlo.