La formación de la personalidad se acompaña de la formación de ideales que permanecen con una persona de por vida. Sin embargo, las personas no siempre son tan fuertes como para ser fieles a lo que creen. Por lo general, están condenados por esto, pero ¿tal vez no deberías hacer esto? ¿Quizás estos ideales ya están desactualizados y no se aferran a ellos?
A veces los ideales realmente se vuelven obsoletos, algo nuevo entra en su lugar, pero una persona no tiene tiempo para adaptarse a las nuevas realidades. Por ejemplo, en la obra de teatro de A.P. Chéjov "Tío Vanya", el protagonista creía que toda su vida había servido a la ciencia, y más específicamente a su luminaria, el profesor Serebryakov. Él y su sobrina trabajaron de forma gratuita, cuidando el patrimonio y administrando el hogar, y todo el dinero ganado fue enviado a este científico y su esposa. Entonces los héroes vivían año tras año, sin arrepentirse de su parte. Les parecía que estaban impulsando la ciencia hacia adelante con su contribución, que Serebryakov, sin necesidad de nada, haría descubrimiento tras descubrimiento para todo el mundo. Pero estaban equivocados. Llegó el mismo profesor, pero resultó ser una nada complaciente. No hizo nada, solo cobró deudas, por lo que el patrimonio necesitaba ser vendido. Ivan decepcionó con su ideal, al darse cuenta de que había pasado toda su vida en vano en el mantenimiento de un muñeco. Desesperado, intenta dispararle a un pariente y tener una aventura con su esposa, pero nada lo ayuda a deshacerse de la idea de que todo en el mundo es inútil y perecedero. Como resultado, se resignó al destino y continúa viviendo a la antigua usanza. En su caso, fue necesario cambiar las creencias durante mucho tiempo, pero no hizo esto y perdió todo.
En otro ejemplo, los ideales de una persona se convierten en la desgracia de todos los que lo rodean. Marfa Kabanova, la heroína de la obra "Tormenta eléctrica" de A. Ostrovsky, tiraniza a los miembros de la familia, imponiendo Domostroy y sus principios fundamentales sobre ellos. La nueva generación no está de acuerdo con ella, es doloroso para ellos vivir en mentiras y sumisión a lo que ya no creen. Pero Kabanikha no quiere cambiar las órdenes, cree que los mismos ideales tienen el mundo durante muchos milenios. La ignorancia le impide darse cuenta de la necesidad de un cambio. Por lo tanto, su familia, al final, se desmorona: Katerina termina su vida suicida, Tikhon se rebela, Varvara se escapa de su casa.
Por lo tanto, los ideales pueden y deben cambiarse si no se corresponden con el sentido común y el espíritu de los tiempos. Una persona debe mantenerse al día con la vida, y no estar alejada de ella por los errores y prejuicios del pasado, de lo contrario el mundo dejará de desarrollarse.